Y la alta intensidad…¿gana partidos? – Análisis 1ª vuelta liga Adelante
Por Pedro Gómez (Preparador Físico Albacete Bpie) – @pf_gomez
“Cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas; cuando son ciertas, no se refieren a la realidad”. (Albert Einstein)
La estadística es una verdad neutral y demostrada incapaz de explicar por sí sola la compleja realidad de un deporte como el fútbol, donde la interacción constante entre tantos y tan diversos elementos convierte a la causa efecto y su lógica matemática en una utopía de difícil digestión.
A poco que observemos nuestro contexto con las lentes adecuadas, comprobaremos como la incertidumbre empieza a arrinconar al pensamiento lineal y reduccionista sobre el que el ser humano construyó sus aprendizajes y en base al cual 2 + 2 siempre fueron 4 y más de lo mismo siempre fue mejor.
El interés de algunos “profesionales” por despuntar ajusta el foco de atención hacia cuestiones irrelevantes para el juego pero determinantes para su vanidad haciéndonos creer que lo bueno que pasó se debió a lo que él programó y controló y no a lo que el jugador sintió y con sus compañeros generó.
¡Que quede claro de una vez por todas!, ¡que no os engañen nunca más! El dato por sí mismo de nada sirve si se encapricha en no entender las connotaciones de la palabra contexto, si no paga el peaje del juego y si no se filtra junto a interacción y asociación.
Porque…
¿De qué sirve registrar el número de pases realizados si desconocemos las zonas donde se produjeron y los efectos que provocaron?
¿En qué medida puede hablar bien de nuestro trabajo el número de goles recibidos o marcados por nuestro equipo si no lo relacionamos con el total de ocasiones concedidas o generadas?
¿Para qué obsesionarse con porcentajes de posesión si no somos capaces de conseguir superar líneas y amenazar a nuestros rivales?
¿Hasta cuándo seguiremos sacando pecho porque nuestro equipo corre más que los demás ajenos al cuándo, al cómo y al dónde sobre los que esos metros se debieron sustentar?
Supuestas verdades con las que convivir que aforadas por la matemática y aun sabedoras de su imprecisión contextual, tienden a confundir más que a aclarar.. ¿O acaso no es lícito desde la óptica estadística asegurar que si mi amigo tiene dos coches y yo no tengo ninguno la realidad terminará otorgándonos uno a cada uno?.
Así con todo, en mi afán por conseguir que la estadística y la realidad no acaben a tortas, desde el comienzo de la pasada temporada he analizado, gracias a los datos que la plataforma Media Coach brinda a los equipos de la liga de fútbol profesional, las distancias recorridas por todos los equipos de la liga Adelante durante la competición, intentando, consciente de las múltiples variables que podían hacer que un equipo corriese más o menos, explicar lo obtenido contextualizándolo a la realidad compleja del juego.
Corroborado en tres intentos y recogido de manera reflexiva en mi última publicaciónhttp://www.amazon.es/F%C3%BAtbol-Insatisfecho-Reflexiones-Contextualizadas-Contextualizado-ebook/dp/B017SAC4C6/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1453237116&sr=8-1&keywords=futbol+insatisfecho, se pudo alcanzar un consenso “futbolístico” acerca de la escasa correlación existente entre correr mucho (en términos absolutos) y estar mejor clasificado al final de temporada, derrumbando de este modo las concepciones lineales de pensamiento que sin el grado de perspectiva adecuado nos habrían hecho apostar justamente lo contrario.
Como curiosidad, y sin ser esta vez el motivo central de lo hoy escrito, adjunto la relación existente hasta la fecha (primera vuelta concluida) entre los metros totales recorridos y la posición en la tabla clasificatoria.
(Dada la escasa correlación de nuevo encontrada, vuelve a quedar claro que recorrer muchos metros durante el partido no es sinónimo de estar mejor clasificado).
Ahora bien, una vez abierto el debate sobre correr y ganar partidos, la reflexión sobre el mismo nos llevó a muchos a valorar la posibilidad de que, como ya han aventurado diversos autores en diferentes publicaciones con elevado impacto científico, la variable “correr a alta intensidad”, por su mayor relevancia en las acciones críticas del juego (Stolen, Chamari, Castagna & Wisloff, 2005), podría ser un marcador más sensible que los metros totales a la hora de determinar el éxito deportivo (Mohr, Krustrup & Bangsbo, 2003).
¡La lógica lineal convenció al entorno! y se nos hizo creer que, en este caso sí, el equipo que más metros recorriera a alta intensidad, ganaría más partidos: (Krustrup, Mohr,Ellingsgaard & Bangsbo, 2005; Mohr et al, 2003; Rampinini, Coutts, Castagna, Sassi & Impellizzeri,2007).
Este supuesto juicio, unido al incremento del 30% de este tipo de esfuerzos encontrado por Barnes, Archer, Hogg, Bush & Bradley en 2014 al analizar la Premier League, otorgaron robustez a la idea de que había que correr mucho y muy rápido, no llegando a pesar de todo, a convertirse en una realidad ratificada por suficientes publicaciones en la literatura científica (Di Salvo, Gregson, Atkinson, Tordoff & Drust, 2009).
Con el ánimo de esclarecer dicha cuestión, dos son las cuestiones que intento analizar en esta humilde experiencia:
– Correlación entre metros recorridos a alta intensidad (>24km/h) y clasificación final en la liga Adelante.
– Correlación entre metros recorridos a alta intensidad y resultado de duelos entre equipos.
Vayamos por partes…
En primer lugar, para establecer la relación entre “Alta intensidad” y rendimiento clasificatorio se ha procedido, de igual modo que en la cuestión anterior relativa a los “metros totales”, a clasificar a los equipos en función del promedio de metros recorridos durante la competición.
En nuestro caso, y condicionados por las características de la información que Media Coach nos facilita a los equipos, hemos establecido la alta intensidad como aquellos esfuerzos situados por encima de los 24km/h.
Al revisar la literatura se ha evidenciado como este límite, debido a las diferentes metodologías de análisis utilizadas y a la falta de consenso sobre la cuestión, no siempre es el mismo, pudiendo variar desde los 21 a los 25 km/h.
Al observar los datos aportados comprobamos como los esfuerzos realizados a alta intensidad suponen un 2-3% aproximadamente del total de metros recorridos durante un partido de fútbol y que la relación de estos con los puntos conseguidos por el equipo es muy endeble.
Revisando artículos con propósitos similares al presente nos encontramos con el publicado por Di Salvo, Gregson, Atkinson, Tordoff & Drust en 2009, donde tras analizar tres temporadas consecutivas de la Premier League llegan a la conclusión de que en contra de lo esperado, los 5 últimos equipos clasificados corren más metros a alta intensidad que los 5 de mitad de la tabla y los 5 de cabeza.
Una explicación a este fenómeno podríamos encontrarla en que, como citan Rampinini et al en 2007, los equipos tienden a correr más metros a alta intensidad contra rivales de superior nivel o clasificación.
¿Ocurre esto en nuestra liga Adelante?
Como se aprecia en la gráfica adjunta, a día de hoy, con los datos que de momento manejamos, no se encuentra diferencia significativa entre los metros recorridos a alta intensidad por los equipos de arriba y los equipos de abajo.
Por último, y ya sé que hoy me estoy pasando con los datos, para la consecución de nuestro segundo objetivo (Alta intensidad y duelos), de los 231 partidos que se han jugado hasta el momento, se analizaron 173 partidos (recordemos que Alcorcon, Llagostera, Lugo, Mirandes y Ponferradina no disponen de datos para sus partidos disputados como local), determinando en cada uno de ellos la relación entre el resultado final y los metros recorridos a alta intensidad por cada uno de los dos equipos (de este modo, y al tratarse de un contexto compartido por ambos equipos, las variables contaminantes de las conclusiones generales anteriores quedarían minimizadas ).
Podemos comprobar como ahora sí, y a tenor de los porcentajes arrojados, parece existir una tendencia estadística que atribuye mejores resultados durante los partidos a aquellos equipos que más corren a alta intensidad.
Imagino que llegados a este punto os estaréis preguntado que algo está fallando, que algo no cuadra.
Correr a alta intensidad parece que explica el ganar un duelo pero no el estar mejor posicionado en la clasificación.
¿De qué manera puede asimilar esto el pensamiento lineal?
¿No será que hay equipos con tan buenos jugadores que necesiten correr menos para ganar más partidos?
¿No será que hay modelos de juego que exigen correr a más intensidad que otros?
Si lo técnico táctico tiene más relevancia en la clasificación que lo físico… ¿quién se atreve a reducir este juego a correr mucho?
Si los duelos, porcentualmente hablando, los gana el que más metros a alta intensidad corre… ¿seguiremos diciendo que la preparación física no existe?
¿Qué condiciona correr más o menos?
Abran juego señores….
Personalmente hablando, y a día de hoy, (si no se lo que cenaré esta noche como voy a saber lo que pensaré la semana que viene), creo que el talento individual y los comportamientos colectivos generados te terminarán dando muchos más puntos que las pilas de tus jugadores y que el correr siempre es la consecuencia de jugar de un modo de otro y nunca la causa de ganar o perder…. de todos modos, y por si acaso, prometo seguir haciéndome preguntas.
Ahora ya sí me despido, lo prometo…. para acabar con tanto rollo teórico, y aunque correr a alta intensidad tenga un bajo valor cuantitativo (2-3% de los metros recorridos), os dejo una tarea de entrenamiento que utilizo en mi equipo para mejorar la capacidad de hacer esfuerzos a alta intensidad (Entrenamiento interválico de alta intensidad o HIIT como dicen los modernos), porque creo que el valor cualitativo de esta manifestación, a pesar de lo que dicen las gráficas, es muy importante, sobre todo a la hora de ganar disputas críticas para el devenir de un partido.
Espero que os guste
Abrazo amigos!!!
