“Tanto si crees que puedes como si no, estás en lo cierto” (Henry Ford)

Ayer, durante el partido que disputaron Chelsea y Manchester City, fuimos muchos los que pudimos observar numerosos y desagradables gestos injustificados por parte de los aficionados del equipo local en contra de su reciente nuevo entrenador.

Sin entrar a debatir lo acertado de sus protestas (cuestión para mi totalmente infundada, basada en el desconocimiento y de la que no tardarán en arrepentirse), me llamó la atención sobre manera el cartel que un aficionado del Chelsea levantó en un determinado momento y que decía algo así como “…en Rafa nunca creeremos..”.

En Rafa nunca creeremos..a lo que yo me preguntaba …¿hasta qué punto le interesará a Rafa que los aficionados crean en él?. ¿Le debería de interesar lo mismo si el cartel lo estuviesen levantando los Jhon Terry, Juan Mata o Petr Cech?…

La mayoría de los que nos dedicamos a esto, tenemos la mala costumbre de movernos de vez en cuando por la intemperie del engreimiento dejándonos arrastrar así por el torbellino de la dialéctica ,el cual, no hace más que alejarnos de nuestros iguales e imposibilitar que nos aproximemos a aquellos con los que realmente nos interesa interactuar. Se nos llena la boca hablando de nuestra maravillosa metodología de trabajo, de lo bien que aplicamos la periodización táctica, de las envidias que generamos en los entrenadores/preparadores físicos rivales, de lo avanzados que estamos por hacer todo con balón y lo retrasados que están otros por resguardarse en el trabajo analítico…y así con un sinfín de vanidosas afirmaciones.

Y yo me cuestiono…¿hasta qué punto sirve todo esto si el futbolista no cree en ti?, ¿de qué me sirve a mi preparar una sesión “física” basada en el trabajo táctico si mis jugadores están convencidos de que de ese modo no van a alcanzar su estado óptimo de rendimiento?,¿ a dónde quiero llegar con mis ciencias de la complejidad y pensamientos sistémicos si el futbolista no habla en mi mismo idioma?, ¿por qué doy por hecho que mi verdad se convertirá automáticamente en la verdad de ellos?.

Sin creencia no hay compromiso, y sin compromiso el rendimiento se limita. Se ha demostrado que el alumnado aprende más y mejor con aquellos profesores a los que tiene más aprecio. ¡El rendimiento está más condicionado por una cuestión emocional que metodológica!! .Podrás ser un excelente estratega futbolístico, el mejor organizando sesiones de entrenamiento, contarás con cientos de argumentos futbolísticos, sistémicos, psicológicos, fisiológicos, biomecánicos ….pero como seas incapaz de que tus jugadores crean realmente lo que haces, como modifiques al jugador la manera de proceder en la que él cree y tu propuesta comience a derivar en resultados dudosos ¡estás perdido amigo!..ve pensando en hacer la maleta. Dicen que para alcanzar un sueño necesitas a alguien que crea en ti.

Las creencias de tus jugadores están fuertemente condicionadas por lo que estos han vivido en su carrera profesional, limitadoras o generadoras, determinan el compromiso organizacional de nuestro equipo. Este compromiso, para Daniel Goleman, tiene su esencia en la sintonía entre nuestros objetivos con las metas de la organización, de modo que se genere un compromiso fuertemente emocional.

Si consigues un equipo que crea en lo que tú crees, los jugadores trabajarán “para ti” con sangre, sudor y lágrimas. Ten presente que es imposible colorear tu futuro con lápices desafilados, ¡hazlos que pasen por el sacapuntas del compromiso!. Clarence Francis, que fue asesor del presidente Eisenhower, decía: “Uno puede comprar el tiempo de las personas, su presencia física en un lugar e incluso un número determinado de movimientos musculares por hora. Pero no se compra su entusiasmo, ni se compra su lealtad, ni se compra la devoción de sus corazones: eso hay que ganárselo. De modo que uno se compromete libremente, sobre todo porque le atraen las metas de la organización”.

22 SI EL FUTBOLISTA CREE, CREARÁS!!!

Ya para acabar, nunca olvidéis que el ser humano piensa, opina y cree en función de la ventana a través de la cual ve el mundo. Estas ventanas pueden ser pequeñitas o muy grandes, ¡incluso se encuentran permanentemente cerradas en algunos casos!, motivo por el cual no podrás entrar en todas. ..Además, si lo consigues, dudo mucho que lo consigas en todas del mismo modo.

Así y con todo…permitidme que finalice esta entrada con un humilde y sincero consejo:

Si logras entrar en la ventana de tus jugadores, las persianas que se negaron a recibirte desearán abrirse para contemplarlo.

¡Ánimo!.

Pedro Gómez – www.futbolcontextualizado.com