Siempre he pensado que es muy delgada la línea que separa a la creatividad del miedo, a la ilusión por hacer cosas nuevas del miedo a equivocarnos, a las ganas por probar a realizar acciones nuevas por miedo a fallar, por miedo al qué dirán, ¿se reirán de mi? Estas preguntas probablemente sean el mayor limitante de nuestro potencial para realizar aquellas tareas que emprendemos en nuestra vida diaria, y creo que es una pena pero también pienso que hay una parte de culpa en nuestra sociedad, en el contexto en el que vivimos, y les diré por qué pienso esto.
Y por otro lado, pienso que mucha parte de culpa la tiene la educación que recibimos desde pequeños, soy de los que opinan que nos ‘’cuadriculan’’, con un sistema en el que prevalecen la lengua, la literatura, el dominio del cálculo, las matemáticas, física, y un largo etc, en el que hay poca o nula libertad para que los estudiantes interactúen con la asignatura, se sientan libres, aprendan a tomar decisiones por sí solos sin que nadie les diga qué hay que hacer en cada momento. Es siempre más de lo mismo, ‘’toma el libro, a estudiarlo, te presentas a la prueba, te califican y se acabó’’, así un año tras año, y con ese paso de tiempo perdemos toda la creatividad que teníamos cuando éramos pequeños, esa capacidad de descubrir por sí solos, de investigar, interactuar con el entorno que nos rodea, de tomar decisiones en función del contexto, de los estímulos que percibimos.
Además hay que tener en cuenta que la inteligencia es increíblemente interactiva, esto quiere decir que nuestra experiencia, nuestra inteligencia, nuestro aprendizaje, aumenta muchísimo más cuando dejamos de ser agentes pasivos estudiando delante de un folio con muchas líneas, y pasamos a ser agentes activos, interactuamos con nuestro entorno, nuestra familia, amigos, compañeros de profesión, ellos/as son los que tienen la verdadera sabiduría, la de la experiencia, y esa no tiene precio porque el valor es incalculable. Permitamos hablar a las personas que están a nuestro alrededor, porque cualquiera te puede aportar un valiosísimo punto de vista, y escuchemos lo que nos quieren contar, cultivemos nuestras relaciones personales, no tengamos miedo o timidez a formular preguntas, nadie nace sabiendo.
De modo que pienso que es una suma de ambos factores la que desencadena que cada vez cueste más encontrar gente ‘’distinta’’, con personalidad, con ganas de ser diferentes, de brillar en aquella cualidad en la que siempre destacaron desde niño/a, aunque nunca es tarde si la dicha es buena, ¿verdad? Por ello, desde aquí animo a todo el que lea este post a que se replantee todo lo que hace cada día, qué puede modificar para que su día a día empiece a cobrar un significado especial, dejar de ser ‘’de la gente corriente y común’’ para empezar a convertirse en alguien especial, con una personalidad positiva, con ganas de brillar, sin ataduras, liberando todo el potencial que hay en su interior.