Puede que con esta entrada sea tildado de no estar en la onda.

Puede que escribiendo esto, algunos me excluyan de sus selectos clubs de erudición.

Puede que al leer estas palabras te vuelvan a merodear aquellos fantasmas que con tanto ahínco trataste de ahuyentar.

Puede que muchos penséis que con esto, castigo y enveneno a mi restante juicio profesional.
Puede que esta noche me esté equivocando.

Pero es que, discúlpenme, comienzo a estar empachado…

Harto de dialécticas adornadas cuyo fin no es otro que aparentar, desmarcarse, y tal vez así, ganar posiciones en la entendida por muchos como carrera profesional. Cuando yo me digo…¿No deberíamos competir contra nosotros mismos?.

Empalagado de discursos que no se corresponden con hechos y que se autodesacreditan con la incongruencia de una teoría sin práctica.

Cansado de de críticas descontextualizadas que se alimentan del corporativismo inexpugnable de nuestro hacer como único camino posible para alcanzar el éxito.

Y en el epicentro de tan manido conflicto, ¡cómo no!, la preparación física.

De golpe y plumazo, hemos pasado de correr en el bosque a repudiar todo aquello que no atisbe algún elemento cognitivo, complejo, táctico…o como quieran llamarlo (para mi sigue siendo una cuestión más de contenido que de continente)..y me hace tanta gracia!! Porque aquellos que más critican el trabajo no tan “cool”, son los primeros que optan por hacer un 5×5+5 sin especificidad posicional ni orientación táctico-grupal, o los primeros que aun no creyendo en la preparación física, son los primeros que buscan respuestas en esta cuando el equipo pierde o uno de sus jugadores está “fuera de forma”.

requiem 2 ¿Réquiem? Por la preparación física del futbolista.

Señores! Un poco de sensatez…

La preparación física, a la que ahora parece que tengamos que llamar “entrenamiento para poder entrenar”, “preparación del deportista”, “entrenamiento auxiliar”, “Complemento optimizador” etc…aun habiéndose convertido en la principal palabra tabú de nuestro contexto, para mí, repito, para mí, no es discutible, y lo digo y reafirmo con todas sus palabras.

Que el futbolista necesita un soporte biológico para poder expresar el resto de sus estructuras cognitivo-tácticas, es tan evidente como que para poder dibujar, necesitamos una superficie sobre la que hacerlo, y seguirá siendo así hasta que el fútbol deje de ser un deporte que involucra al ser humano en su globalidad (aunque les pese a los doctos instruidos).

Entonces…¿quiero decir que tengamos que volver a someter al jugador a infecundas e indigestas series y repeticiones de trabajo analítico?, ¿quiero decir que todo lo que hemos avanzado en estos 15-20 años ha sido una pérdida de tiempo?

Por supuesto que no!. Mi única reivindicación es el reenfoque de la problemática que algunas “Tweetconversaciones” se empecinan en mantener y a las que muchos somos incapaces de extraer jugo… seguramente por nuestra ignorancia.

A mi modo de entender, más que en la existencia o no de la preparación física, el quid de la cuestión radica en la orientación que le demos a esta. Es cierto, lo comparto y lo intento aplicar, que el modelo energético de rendimiento individual no tiene cabida en la complejidad de un deporte sociomotor de colaboración/oposición como el fútbol, donde es el futbolista el que condiciona y rellena nuestras hojas de entrenamiento, y no nosotros con nuestra prematura y encorsetada antelación.

Si la optimización del colectivo, de lo táctico…será lo que nos facilite alcanzar elevadas cotas de rendimiento contextuales, perseguir desde la preparación física adaptaciones colectivas (y no individuales) será el objetivo que debemos anhelar…y esto, estimados compañeros y navegantes, no significa que debamos olvidar cuestiones básicas y esenciales de la teoría del entrenamiento y el funcionamiento fisiológico del ser humano, pues este soporte, al igual que el psicológico, emocional (estos no tan acribillados como el aspecto condicional, ¿por qué?), serán aliados incondicionales de la naturaleza táctica inherente a nuestro juego.

Así y con todo, para terminar de aclararles, o más probablemente acabar de nublarles… si alguien me pregunta que si con mi equipo hago trabajo descontextualizado, yo responderé que depende, y si alguien me cuestiona que si todos mis ejercicios /dinámicas de entrenamientos persiguen un modelo de juego, le volveré a contestar un depende, y al avispado que me señale que “Depende” es el título de una canción y se convenza de que no tengo ni idea de entrenar, puede que acabe dándole la razón.

Para concluir con esta pequeña reflexión propia de nuestros “Martes” de descanso (¿físico?, ¿mental?..ya me estoy liando), subrayaré en esta entrada algo que siempre tengo muy presente, y que no es otra cosa que el convencimiento absoluto de que la interacción entre nosotros, además de inexcusable, es la mejor vía para obtener versiones mejoradas de nosotros mismos.

Aprovéchense de esta para crecer, y no para destruir.

requiem 3 ¿Réquiem? Por la preparación física del futbolista.

Un abrazo amigos!!

Pedro Gómez Piqueras

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