Hoy me levanté con la extraña sensación de que a mis  28 años he fracasado en muchas de las elecciones de mi vida.

Fracasé al realizar  una Licenciatura, una Diplomatura, una tesis doctoral y dos Master confiando que mi formación abriría más puertas en mi futuro.

Fracasé al “obligar” a mis padres a que trabajasen mucho y duro para poder costear el alto precio que mi formación y la de mis hermanos supuso.

Fracasé al perder horas de gimnasio o televisión por infecundos minutos de lectura y estudio.

Fracasé al no presentarme a ninguna de las 20 o 30 ediciones de Gran Hermano aludiendo que un programa así no podía generar tanta y duradera expectación en una sociedad inteligente.

Fracasé al no invertir tiempo en conquistar a alguna de las sobrinas de la amiga de la prima lejana de alguno de nuestros reconocidos y venerados ocupantes habituales de la televisión.

Fracasé al no pisotear a mis iguales para lograr un mejor puesto, pensando tontamente que al final, todos tendríamos lo que nuestro esfuerzo en vida se mereciera.

Fracasé al no robar y enriquecerme a costa de otros abrazando a una cualidad tan estúpida como la honradez.

Fracasé yo, y fracasó mi esfuerzo. Si el tiempo invertido en estos 28 años lo hubiese invertido en mejores elecciones, si los 30 o 40 mil euros que supuso mi formación los hubiese utilizado para operarme alguno de mis muchos defectos faciales, aumentar el volumen de mis abdominales o comprarme el Audi o Mercedes más potente del mercado….estoy convencido que ahora mismo mi vida sería más exitosa, no sé si personalmente, pero sí socialmente, de esto no me cabe duda.

En un país donde los menores de 30 años que leen libros son bichos raros, donde se valora más el número de abdominales que de carreras universitarias, donde invertir el dinero de un Master en una operación de tetas es más productivo, donde se dedica más tiempo viendo la basura con la que nos bombardea la televisión que en esforzarnos por mejorar en nuestro campo, donde interesa más el vestido que llevó la nieta del rey a la última comida familiar que los últimos avances de nuestros investigadores, donde nuestros dirigentes ya sean jefes, políticos,  se enriquecen constantemente a base de asfixiar a los más necesitados, donde un profesor o sanitario tiene menos derechos  y más recortes que un perezoso que lleva toda su vida viviendo a costa de los demás, donde la envidia alimenta tantas decisiones, donde la sociedad se moviliza más para salir de parranda que para defender nuestros derechos, donde por sistema, todo lo que hace mi partido político está bien, y todo lo que hace el partido contrario está mal..etc…En un país así….el esfuerzo y el sacrificio no tienen cabida, al menos si quieres triunfar socialmente. La mediocridad ganó esta batalla  y todos somos cómplices por dedicar tantos años a alimentarla más y mejor que a sus rivales.

Puede que vivamos en un momento de recesión económica, crisis o como quieran llamarlo, pero a mi modo de ver, el problema de nuestro país no es nuevo, viene de hace mucho más tiempo, y es un problema de base, de conciencia, de valores humanos, de actitud hacia la vida etc.. pero claro, siempre será más fácil culpar al de al lado, eludir responsabilidades y hacer oídos sordos mientras mi cuenta de ahorros siga creciendo.

¿Y esto no se puede arreglar desde el principio? ¿Desde el sistema educativo?…upss…disculpen mi ignorancia, olvidé que los profesores son los vagos y maleantes más perseguidos de esta sociedad, olvidé que las leyes educativas se deben de cambiar por ley cada 4 años no vaya a ser que alguna “salga” bien y nuestros menores empiecen a pensar…confiemos en que los tronistas de Tele 5 y endiosados de turno sean los modelos a seguir por nuestros menores…esperemos que  los enemigos sociales  (investigadores, escritores, científicos, pensadores..etc)   no entren jamás a  nuestros hogares y dejen crecer tranquila a nuestra mediocridad, ya que a la postre será quien nos haga triunfar.

Lo sé,  mi egoísmo me ciega y no me deja ver todavía lo que  realmente importa en esta vida. Mi más sincero perdón,  soy un ingenuo inadaptado y mal recibido para esta sociedad.

Leía hace poco que el éxito no debe medirse por la posición a la que una persona ha llegado sino por su esfuerzo por triunfar….¡pobre ingenuo quien lo escribiese!.. ¡Pero me encanta! y me seguirá gustando, por eso, aunque mi contexto siga burlándose por mi pérdida de tiempo y malas elecciones, no buscaré jamás compasión por mis Lunes al sol y empezaré este año otra nueva licenciatura, siempre me quedarán tres ases en la manga para vencer a esta mediocridad…por tierra, por mar o por aire….aunque preferiría que la solución estuviese en casa.

Ánimo!

Pedro Gómez – www.futbolcontextualizado.com